LA PALABRA NO ESTA ENCADENADA.
Por Carlos
Alvarez Cozzi
El domingo 4
de diciembre de 2016 tres mujeres venezolanas se encadenaron en el Vaticano
solicitando la libertad de los presos políticos del régimen de Maduro.
Al parecer
ello no fue motivo de atención para Francisco, tan diligente y misericordioso
para otras necesidades humanas.
Se dirá que
el papa no quiere interferir en política que afecta a un país. Pero es que
acaso los derechos humanos son asuntos políticos internos de un país?
Claramente no lo son. Porque el Derecho Internacional de los Derechos Humanos
es muy claro sobre ese respecto. Nunca puede un Estado alegar intromisión en
sus asuntos internos cuando se trata de violación flagrante de derechos
humanos.
Seguramente
la diplomacia de la Secretaría de Estado que comanda el Card.Parolín tiene su
posición al respecto y no necesariamente coincidente con Francisco.
Entonces,
como explicar la indiferencia nada menos de quien está mediando en el conflicto
civil que tiene lugar en el país caribeño?
Creemos, y
dicho esto con todo respeto hacia la institución sagrada del ministerio
petrino, que no puede tenerse misericordia selectiva influida por lo que se
considere “políticamente correcto”, con una simple visión humana, terrenal.
Lamentablemente
esta actitud coincide con la que evidenció cuando visitó la isla de Cuba, de
rechazar el diálogo con los dirigentes disidentes y con las Damas de Blanco.
Porque la
palabra ni la verdad están encadenadas es necesario hablar claro en estos temas
de derechos humanos. Aun naturalmente cuando involucren también al Estado del
Vaticano.
La historia terminará evaluando estos hechos.
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