Mientras que jóvenes de todo el mundo reunidos en Cracovia se ponían en camino hacia el Campus de la Misericordia (donde tendría lugar la velada y la misa de clausura de la JMJ), en Alepo, Siria, ¡1200 jóvenes celebraban su propia Jornada Mundial de la Juventud! El 29 de julio por la tarde, desde la iglesia Saint Mathilde de los salesianos, llena hasta reventar, los jóvenes alepinos mandaban un emotivo mensaje al papa Francisco.
El evento había sido organizado por las iglesias locales con la aprobación de los obispos de las Iglesias orientales católicas y del obispo de los latinos de Alepo, y además recibió el apoyo de los hermanos y amigos sirios que se negaron a abandonar su país en guerra durante la Jornada Mundial:
Más de 30 asociaciones, grupos religiosos y escuelas se han implicado en la organización de esta JMJ de la esperanza. “No es nada fácil organizar algo como esto en tiempos de guerra, hemos tenido muchas dificultades, pero conseguimos superarlas”, declaraba sonriente el padre Pier, sacerdote salesiano y uno de los organizadores del evento.
Los jóvenes se reunieron para una catequesis (sobre el rostro y la dinámica de la Misericordia), seguida de la apertura y bendición de la Puerta Santa por monseñor Georges Abou Khazen, vicario apostólico para los católicos de rito latino de Alepo (equivalente a un obispo para los cristianos católicos romanos, N. del E.), unos momentos de adoración y de celebración del misterio de la reconciliación, una oración por la paz en Siria y en el mundo entero.
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