A cualquier persona inquieta por estar al día de la realidad existencial, se le presenta un apremiante dilema, del que es muy difícil evadirse. Quien pretenda conocer algo de los eventos globales, quedará atrapado por la información de los medios, que seguro no le darán paz ni sosiego, sino preocupación, angustia o depresión. Conocer al detalle los eventos pasados –verbi gratia- efectos devastadores de la energía atómica hace 70 años en la guerra de Estados Unidos y Japón, junto con los arsenales de millares de esas bombas, reservadas en varias naciones hoy día, no le llevarán al optimismo. Saber lo que ocurre hoy en el mundo como persecuciones, hambrunas, migraciones, Islamismo, terrorismo, guerras, violencia, abortos, etcétera, le machacarán sus sentimientos y convicciones íntimas… El preocuparse por eventos futuros, cambio climático, poder hegemónico mundial, inacción de Organismos Internacionales, diferencias abismales entre ricos y pobres etcétera, quizás le quiten el sueño. Este es el volcán sobre el que vive esta pobre humanidad ciega y desnortada. Claro que ya se ha encontrado el remedio a tanto despropósito y sin razón: ya tenemos aquí para distracción, evasión y diversión, futbol y más fútbol casi todos los días y en todas partes del planeta Tierra. ¿Hay quién ofrezca algo mejor?
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