Me he dado cuenta de que mi despertador suena a las 5:52 y repite a las 6:00, las campanas tocan también a las 6 y, sin embargo, me he ido acostumbrando a levantarme con la llamada a mi puerta, de manera que muchos días ya no oigo ni mi despertador ni las campanas. Es como si mi cuerpo, como si todo mi ser espera la llamada a mi puerta.
Hay que reconocer que, en cuanto nos levantamos, vemos con qué fuerzas contamos para afrontar el día.
Cada mañana suena tu despertador, ese chisme de tu mesilla que muchos días sale volando o acaba en el suelo, o bien tu móvil, que (aunque a ese no te atreves a tirarlo al suelo) cuando lo oyes te surge un pensamiento instantáneo: "Creo que eso va conmigo, pero ojalá quedasen un par de horitas mas...".
Sin embargo, hoy te digo que cada mañana Cristo toca a la puerta de tu día, te quiere despertar para que comiences el día con suavidad y Su cercanía, con todo Su Amor y Su fuerza para afrontar el nuevo día. Simplemente llama esperando a que tú salgas a oír su llamada.
Y si respondes, no hará falta que te levantes con el pie derecho, pues Él lo endereza todo. Hoy, ¿cómo te has levantado?
Hoy el reto del Amor es que escuches la llamada a levantarte feliz. Con Cristo el día empieza con luz, con color, lleno de Vida.
Tu despertador seguirá sonando, pero te invito a que hagas la prueba. Párate unos segundos al sentarte en la cama y pon el oído como quien va a escuchar, ¿qué oyes? ¿Escuchas Su llamada a afrontar juntos el nuevo día?
VIVE DE CRISTO
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