Santa Clara de Asís, fiestas, devoción y arte


por Mª. Victoria TRIVIÑO, OSC

Simposium - Balaguer (Lleida)

I. Introducción.
II. Celebraciones litúrgicas.
III. Formas populares de devoción.
IV. Patronazgos.
V. Arte, propuesta de ejemplaridad.
VI. Conclusión.
VII. Bibliografía.

I. INTRODUCCIÓN

Clara de Asís es una maestra medieval, fundadora de la Orden que lleva su nombre. La mujer que dio forma femenina al movimiento evangélico renovador iniciado por san Francisco de Asís. Es también una santa muy popular.

Llevan su nombre tantas doncellas, que se oye pronunciar en todos los idiomas. Se le han dedicado calles, plazas, fuentes, islas, ciudades, playas, tiendas, escuelas, templos, monasterios, etc…
Acogiendo la invitación siempre grata de P. Javier Campos, ofrecemos un rápido recorrido por las manifestaciones de devoción, litúrgicas y populares, hacia una santa que suma siglos en la historia de la Iglesia. Y deseamos que sea grato conocerlas a los participantes de este Simposium.

1.1. Presentación de Santa Clara de Asís

Nació Clara Favarone el 13 de diciembre del año 1193 en una familia noble de Asís. A los 17 años huyó de la casa paterna, en la medianoche del Lunes Santo 28 de marzo de 1211, para consagrarse a Dios. Vivió en la ermita de San Damián, emulando la forma de vida evangélica de Francisco de Asís. La siguieron gran número de doncellas de todas las clases sociales, fundando una forma de vida colegial en pobreza y santa unidad, buscando la experiencia de Dios y teniendo como misión la ejemplaridad de vida.

Fue su tránsito el 11 de agosto de 1253 y fue canonizada por el Papa Alejandro IV el 26 de septiembre de 1255 en la Catedral de Anagni. El reconocimiento de santidad colocó a Clara en el coro de las Vírgenes y de las fundadoras. Es fundadora en sentido estricto, por haber creado y dado Regla (1) a una familia religiosa, la Orden de las Hermanas Pobres.

En torno a la muerte de Clara se generan varios documentos; Testamento; Bendición; Notificación de la muerte, Proceso de Canonización; Bula de Canonización; Leyenda; Leyenda versificada. El Proceso de Canonización es un documento de inapreciable valor por la inmediatez de los testimonios, dados por los vecinos de Asís que la conocieron desde la infancia, y por las hermanas que más años habían convivido con ella en el convento de San Damián. Normalmente los Procesos, después de servir a la causa, se entregaban al autor de la Leyenda oficial y se perdían.

Nadie se encargaba de conservarlos. Así se perdió el de san Francisco. Sin embargo, las clarisas
de Florencia cuidaron de rescatar y guardar el de santa Clara. La Leyenda se cree fue escrita por fray Tomás de Celano, buen latinista, biógrafo también de san Francisco. Con esto se puede afirmar, que entre las santas mujeres de la Italia central del siglo XIII, Clara es la única cuya biografía se conoce exactamente. Citaré estos documentos en cuanto ayudan a conocer el origen de las devociones desarrolladas en torno a la figura de la Santa.

Existen no pocos colectivos que la tienen por patrona. Pero sin duda lo más importante es la Orden que lleva su nombre, con todo el caudal de santidad, patrimonio artístico, literario y documentación histórica que ha generado durante ocho siglos. Caudal que desde diversos aspectos se va presentando cada año en estas jornadas escurialenses de investigación artística e histórica.

1.2. Fundamento de la devoción a los Santos

La devoción a los santos se fundamenta en el dogma de la comunión de los santos. En el Credo profesamos esta fe: “Creo en la santa Iglesia católica, la comunión de los santos”. En la liturgia maronita, antes de distribuir la comunión, se eleva el santísimo diciendo: “Lo Santo para los santos”. “Santos” es uno de los nombres que se daba a los cristianos en los primeros siglos, entendiendo por Iglesia “la asamblea de los santos”. Por tanto, “La expresión “comunión de
los santos” tiene dos significados estrechamente relacionados: “comunión en las cosas santas” y “comunión entre las personas santas” (2).

Ahora bien, después de la muerte sigue existiendo esta doble relación. “La unión de los miembros de la Iglesia peregrina con los hermanos que durmieron en la paz de Cristo de ninguna manera se interrumpe. Más aún, según la constante fe de la Iglesia, se refuerza con la comunicación de los
bienes espirituales” (LG 49) (3). El pueblo de Dios venera a los bienaventurados que ya gozan de Dios, imita sus virtudes y se confía a su poderosa intercesión con oraciones y formas diversas de manifestar su devoción.

El reconocimiento de la santidad de Clara de Asís significa una ejemplaridad y un poder intercesor en la Iglesia. Pero, salta a la vista que no es igual para una clarisa que para una persona inmersa en los afanes del mundo. En la Bula de canonización (4) hay unas palabras muy esclarecedoras, cuando distingue:
1) la alegría de la madre Iglesia que ha engendrado a Clara y proclama: “A nuestro siglo se le apareció en Clara un claro ejemplo de conducta”;
2) el discipulado de las hijas que la tienen por madre y con su magisterio se forman en la perfección del santo Evangelio;
3) el regocijo del “pueblo fiel y devoto por esta hermana y compañera suya” cuyo poder intercesor “alumbra a los mortales con señales magníficas”. Esta distinción marca una diferencia entre ciertas prácticas conventuales y las manifestaciones de devoción popular.

II. CELEBRACIONES LITURGICAS

Nos referimos, en primer lugar, a las celebraciones litúrgicas, Misa y Liturgia de las Horas. Incluimos las celebraciones del Tránsito y otros ritos, en cuanto preceden o siguen inmediatamente a una liturgia.

2.1. La fiesta de Santa Clara de Asís

Esta es la exhortación del Papa Alejandro IV, el que conoció y admiró profundamente a Clara, el día de la canonización: “Por lo cual os recomendamos y exhortamos con interés a todos vosotros, y por estas líneas os mandamos, que celebréis con devoción y solemnidad la fiesta de esta santa Virgen el 12 de agosto y que la hagáis celebrar por vuestros súbditos con toda reverencia, a fin de que merezcáis contar delante de Dios con su ayuda piadosa y constante” (5).

Clara murió el 11 de agosto y ese día se celebra actualmente su fiesta. Durante siglos se celebró el día 12, por celebrarse el 11 el patronazgo del mártir san Rufino.

2.1.1. Novena a Santa Clara

Como la mayoría de las fiestas de los santos se preparaba con un novenario. Existen libros con lecturas y oraciones para este ejercicio, en diversos idiomas. La costumbre pedía que en los conventos de clarisas fuese muy solemne, con sermón a cargo de un fraile menor. Con el tiempo se ha
pasado a celebrar la novena o triduos con la misa y homilía.

2.1.2. Celebración del día de la fiesta

El centro de la fiesta es la celebración de la Misa y Liturgia de las Horas. Como solemnidad para la Orden de Santa Clara, fiesta para la familia franciscana, y memoria obligatoria para toda la Iglesia.

2.1.3. Veneración de la reliquia

Se ilumina y se expone a la veneración de los fieles.

2.2. Tránsito de Santa Clara

Consiste en el memorial de la muerte de Clara. Se celebra el 10 de agosto por la tarde. Puede adaptarse al mismo día de la fiesta. A través de los años han ido fraguando tres modalidades que podríamos llamar: antigua, renovada y actual.

2.2.1. Forma antigua

Llamamos antigua a la que aparece en la primera versión castellana del Ritual de la II Orden, del 1915. En 1933 fue ajustado al Ritual Romano-Seráfico de 1931. Tras los cambios del año 1956, se aprobó en 1959 la versión adaptada de las religiosas (6).

Se celebra el Tránsito el día de la fiesta o bien la tarde anterior inmediatamente después del rezo de las I Vísperas de Santa Clara. Se reparten velas que las religiosas y los fieles han de tener encendidas. El celebrante precedido por el turiferario se dirige al altar de santa Clara, si lo hay, o al altar mayor, donde estará expuesta la reliquia. Inciensa la reliquia con dos golpes dobles haciendo inclinación antes y después. Todos en pie cantan la antífona que recoge las últimas palabras de Clara antes de morir:

“Vade secura, anima mea benedicta, quia bonum habes conductum iteneris.
Vade quiniam qui te creavit et sanctificavit, velut mater filium tenero amore
dilexit. Tu, Domine, benedictus sis qui me creasti”.

Sigue el Salmo 115 y se repite la antífona. Se arrodillan, apagan las velas y rezan cinco Padrenuestros. Después en pie se canta la antífona:

“Salve, Sponsa Dei, Virgo sacra, planta Minorum: Tu vas munditiae, tu praevia
forma Sororum. Clara, tuis precibus duc nos ad regna polorum”.
–“Pretiosa in conspectu Domini”.
–“Mors Sanctae Clarae Virginis”

El celebrante recita el Oremus, inciensa la reliquia, y concluye bendiciendo al pueblo con ella y dándola a venerar.

2.2.2. Forma renovada en 1986

El Ritual actualizado y aprobado en 1986, coloca la celebración del Tránsito al inicio de la Misa, antes de la colecta. El orden seguido es: Saludo del Celebrante, monición. Lectura de la muerte de santa Clara. Antífona y salmo 115 del ritual anterior. Concluye con una exhortación y pasa a la
Misa (7).

2.2.3. Relato y representación desde 1992

Comencé a difundir esta forma de celebrar el Tránsito desde el año 1992 en España y en once países latinos. Significa un paso más a partir de las formas anteriores. El hilo conductor es la lectura del relato de la muerte de Santa Clara, por un cronista. No es una simple lectura, puesto que se va abriendo al diálogo, al mimo, al gesto, a la danza, y a la representación. Los asistentes no son meros espectadores. Reciben candelas encendidas, cantan, rinden homenaje a Clara, la cubren de pétalos, la rodean de lámparas, etc.

Termina con unos minutos de adoración, recogiendo el legado de Clara: su fe viva en la presencia real de Jesucristo en el Santísimo Sacramento, y se da a venerar la reliquia. O bien, se procede a la celebración de la santa misa.

2.3. Hallazgo del cuerpo de Santa Clara

Se celebra con oficio propio el 23 septiembre. Es memoria libre.

2.4. Prácticas comunitarias de las clarisas

2.4.1. Renovación comunitaria de Votos

El 18 de marzo, día en que San Francisco consagró a Sta. Clara, se hace renovación comunitaria de la profesión, cada año.

2.4.2. Aspersión después de Completas

Canto del Vidi aquam y aspersión con agua bendita.
“Clara, habiendo oído cantar después de Pascua: “Vidi aquam egredientem de templo a latere dextro”, se alegró tanto y se le grabó en la mente de tal modo, que siempre, después de comer y de Completas se hacía rociar con agua bendita, ella y las hermanas, y les decía: Hermanas e hijas mías, debéis recordar siempre y conservar en vuestra memoria aquella bendita agua que brotó del costado derecho de nuestro Señor Jesucristo colgado en la cruz” (8).

2.4.3. Lectura del Testamento de Santa Clara

Se hace los viernes después de cenar.

III. FORMAS POPULARES DE DEVOCIÓN

3.1. Visita al sepulcro

El Papa Alejandro IV, con la exhortación a visitar el sepulcro de Santa Clara, concedía indulgencias:
Y para que los pueblos cristianos acudan en tropel con más vivo deseo y en mayor número a venerar su sepulcro, y para que su fiesta se celebre con más esplendor: Nos, fiados en la misericordia de Dios todopoderoso y en la autoridad de sus bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo, concedemos un
año y cuarenta días de indulgencia a cuantos arrepentidos de veras y confesados acudieren cada año a venerar su sepulcro, impetrando humildemente su intercesión, el día de la fiesta de esta virgen o dentro de su octava” (9).

Por motivos de seguridad fue sepultada Clara en la iglesia de San Jorge, que pertenecía a los Canónigos de San Rufino, dentro de las murallas de Asís. Allí se podía visitar su sepulcro, en el mismo lugar donde había estado enterrado san Francisco durante cuatro años, desde su muerte en 1226
hasta 1230, fecha que fue trasladado a la Basílica. También el enterramiento de la Hermana Clara sería provisional. El Papa Alejandro IV, después la canonización, quiso que en el lugar donde estaba
la iglesia de San Jorge se edificara una basílica a la Santa, según el modelo de la basílica superior de San Francisco, y un convento para que la comunidad de San Damián se trasladara dentro de la muralla. La construcción de la Basílica de Santa Clara duró ocho años (1257 al 1265), pero el 3 de octubre de 1260 ya fue sepultada bajo el altar mayor.

Después de seis siglos se excavó durante ocho noches, hasta hallar y exhumar el cuerpo incorrupto de la Santa el 23 de septiembre de 1850. Desde entonces se instauró la fiesta del “Hallazgo del cuerpo de santa Clara”.
Preparada la cripta neogótica el año 1872, se expuso a la veneración de los fieles en una urna de bronce y vidrio. Por fin, el año 1988 se hizo un reconocimiento de los restos y volvió a quedar expuesta en una urna de cristal más sencilla. El descenso a la cripta se hace desde la nave, y se ve a Clara desde un corredor. El interior de la cripta tiene acceso solamente desde el convento. Muy cerca están los nichos de su madre Sor Hortulana y de sus dos hermanas Sor Inés y Sor Beatriz.

En un principio la multitudinaria visita al sepulcro de Santa Clara, en los días 11 y 12 de agosto, estuvo vinculada a los milagros otorgados por su intercesión, y a las indulgencias otorgadas por el Papa Alejandro IV. Se incrementó con la fiesta del 23 de septiembre y el hecho de quedar expuesta a la devoción.

3.2. Pan bendito de Santa Clara

Se reparte después de la Misa, o del Tránsito, el día de su fiesta. Esta costumbre recuerda un hecho de la vida de Clara narrado en la Flor 33. He aquí:

“Santa Clara, discípula devotísima de la cruz de Cristo y noble planta de messer San Francisco, era de tanta santidad, que no sólo los obispos y cardenales, sino aun el papa, deseaba, con grande afecto verla y oírla, y la visitaba con frecuencia personalmente. Una vez entre otras, fue el Santo Padre al monasterio donde ella estaba para oírle hablar de las cosas celestiales y divinas, y mientras se hallaban así entretenidos en divinos razonamientos, santa Clara hizo preparar las
mesas y poner el pan en ellas, para que el Santo Padre lo bendijera. Concluido el coloquio espiritual, santa Clara, arrodillada con gran reverencia, le rogaba tuviera a bien bendecir el pan que estaba sobre la mesa.

Respondió el Santo Padre: Hermana Clara fidelísima, quiero que seas tú quien bendiga este pan y que hagas sobre él la señal de la cruz de Cristo, a quien tú te has entregado enteramente.

– Santísimo Padre, perdonad –repuso la Santa-; sería merecedora de gran reproche si, delante del Vicario de Cristo, yo pobrecilla, me atreviera a trazar esta bendición.

– Para que no pueda atribuirse a presunción –insistió el Papa- sino a mérito de obediencia, te mando por santa obediencia que hagas la señal de la cruz sobre estos panes y los bendigas en nombre de Dios. Entonces santa Clara, como verdadera hija de obediencia, bendijo muy devotamente aquellos panes con la señal de la cruz. Y al instante ¡cosa admirable! apareció en todos los panes la señal de la cruz bellísimamente trazada”.

El Santo Padre Gregorio IX tomó aquel pan y marchó dando gracias a Dios. Con los que sobraron acontecieron muchos milagros. Actualmente los fieles también llevan con alegría estos panes, amasados por las clarisas, como es nuestro caso en Balaguer.

3.3. Bendición de los niños

Se trata de una práctica que hemos hallado documentada en los escritos del siglo XVII del Convento de la Purísima, de Clarisas Descalzas10 (Salamanca). En los días de Navidad las madres llevaban a sus niños. Las religiosas los recibían dentro del coro, donde los pequeños contemplaban el Belén y
recibían la bendición de las clarisas. Es un hecho que las madres de Asís y las ciudades vecinas llevaban a sus niños para recibir la bendición de la hermana Clara. En el Proceso se recogen
testimonios de niños milagrosamente sanados, cuando ella intercedió y les signó con la señal de la cruz.

“Un niño hijo de messer Juan, procurador de las hermanas, tenía una fiebre altísima, por lo que fue llevado a la Madre santa Clara; y nada más recibir de ella la señal de la cruz, quedó curado” (11).
“Un niño de la ciudad de Espoleto llamado Mattiolo, de tres o cuatro años de edad, introdujo un guijarro en uno de sus orificios nasales, de manera que no se le podía extraer de ninguna manera, y el niño parecía estar en peligro. Llevado a Santa Clara, al trazar ella sobre el niño la señal de la cruz, enseguida salió la piedrecilla de la nariz y el niño quedó libre” (12).

“Un niño de Perusa tenía una nube en el ojo que lo cubría todo. Por lo que fue llevado a Santa Clara, que tocó el ojo del niño y luego le hizo la señal de la cruz… Hecho lo cual el niño se curó" (13).

Basten estos testimonios para apreciar la compasión de Clara hacia las madres y sus niños, y con cuanto amor los acogía y sanaba con la señal de la Cruz. Con la noticia de las Descalzas de Salamanca, se ha revivido esta práctica en ocasiones especiales y en diversos lugares.

3.4. Fiesta del Voto

Se celebra anualmente el 26 de junio en la ciudad de Asís, dando gracias por un hecho histórico, la liberación del asedio del año 1241 por la intercesión de la hermana Clara. La fiesta fue renovada por el alcalde, e historiador, Arnaldo Fortini a los inicios del siglo XX. El hecho que se recuerda es el siguiente.

“Cuando Vital de Aversa, enviado por el emperador Federico II, se presentó con un gran ejército para asediar la ciudad de Asís…, se temía mucho que fuese tomada la ciudad -según se lo habían dicho a madonna Clara-, pues Vital había asegurado no levantar el cerco hasta tomarla.

Habiendo oído estas cosas la madonna, confiando mucho en el poder de Dios, mandó llamar a todas las hermanas y pidió que le llevasen ceniza, con la que se cubrió toda la cabeza, la cual se había hecho rapar. Y luego ella misma impuso la ceniza en las cabezas de todas las hermanas, y les mandó que fuesen todas a orar para que el Señor librase la ciudad. Y así fue; porque al día siguiente por la noche, el citado Vital se marchó con todo su ejército” (14).

“Y de tal modo cumplieron (las hermanas) que al día siguiente, de mañana, huyó aquel ejército, roto y a la desbandada. Y en aquel día de oración, las hermanas hicieron penitencia, ayunando a pan y agua, y algunas no probaron bocado” (15).

La comitiva se inicia en la Plaza de San Rufino donde estaba la casa natal de Santa Clara y se dirige a la Plaza del Común. Allí esperan las autoridades locales con los maceros del Ayuntamiento, llevando cirios para ofrendar a la Dama Pobre. Desde allí prosigue la comitiva hasta la iglesia
de Santa Clara, donde rinden homenaje y depositan flores en la cripta, junto a la urna que contiene sus restos. De allí van al convento de San Damián. Como ya declina la tarde, el trayecto está iluminado a ambos lados con “fiaccole” o antorchas de sebo. Llegados a San Damián celebran la Misa en la placeta.

3.5. Los granaderos rinden honores a Santa Clara en Argentina

Patrón de Buenos Aires es San Martín de Tours; pero, por haber protegido la ciudad en dos importantes ocasiones, fue nombrada Santa Clara Patrona menor. La Infantería le rinde honores en su día. El pueblo hace ofrenda floral. A principios del XIX Buenos Aires pertenecía al Virreinato español del Río de la Plata. En los años 1806/1807 sufrió dos invasiones inglesas. La defensa armada era escasa y los criollos ayudaron con palos, aceite y agua hirviendo.

Las clarisas, recordando la liberación del asedio de Vital de Aversa, empeñaron su intercesión con la Madre Santa Clara. Más aun, abrieron el claustro como hospital de sangre, cuidaron a los heridos, y excavaron una fosa común al pie de la imagen de santa Clara, en el centro del claustro, para enterrar a los caídos de ambos bandos. La invasión fue rechazada, atribuyendo la victoria a la intercesión de Santa Clara por la oración de las clarisas.

Desde 1807 cada año, el día 12 de agosto, se hace memoria de este hecho dando gracias a su Patrona. La compañía de granaderos, en uniforme de gala y a toque de corneta, rinden honores a Santa Clara en el claustro del convento. Ofrecen coronas de flores, y la Banda interpreta marchas militares.
3.6. Clara, faro de navegantes Desde antiguo los navegantes se acogieron a la protección de Santa Clara.

Se conservan dos tradiciones de los siglos XIII y XV que en diversos mares y puertos acreditan el feliz patronazgo de la Dama Pobre. La más antigua comenzó en Ciudadela de Menorca cuando aun no había faro. El año 1256 se edificó el convento de clarisas, con su iglesia y su torre. Una hermana
subía cada tarde al último piso de la torre, a encender una lámparilla de aceite ante una imagen de la Virgen del Toro, patrona de la isla. Al anocher, pescadores y navegantes se orientaban con aquella luz. Cuando el mal estado de la mar no permitía ver la “luz de Santa Clara”, pedían su protección.

Obtenida la gracia subían a dar gracias al convento con toda la familia, presentando la vela de la barca ante Santa Clara. Así fue como se extendió el patronazgo de Santa Clara sobre los hombres
del mar. Marinos, comerciantes y pescadores buscaban la “luz de Santa Clara” y ¿quién sabe si no la invocaron también los piratas que merodeaban por las aguas del Mare Nostrum? En Ciudadela queda el dicho: “Ya puedes llevar la vela a Santa Clara”, cuando uno recibe un favor grande. El dicho se ha popularizado extendiéndose a toda suerte de peligros, en tierra y mar, y la ofrenda de la vela del
barco ha pasado a una vela de cera.

El segundo relato viene del siglo XV. El almirante Cristóbal Colón, en un viaje de retorno desde el Nuevo Mundo sufrió una tempestad muy peligrosa y se encomendó a Santa Clara. Hizo un voto: Si volvían con vida echarían a suertes, el marino al que tocase, velaría a la Santa una noche
dándole gracias en nombre de la tripulación. El mar se calmó. Cuando tocaron tierra se dispusieron a cumplir el voto. La suerte recayó sobre el Almirante Colón y él mismo veló a la Santa en
nombre de la tripulación en la iglesia del convento de Santa Clara de Moguer (Cádiz). No contento con esto, cambió el nombre a la carabela Santa María, que en adelante se llamó “la Santa Clara”.

3.7. Ofrenda de huevos

Está muy extendida la costumbre de ofrecer huevos a Santa Clara pidiendo el buen tiempo. Se entregan a las clarisas, comprometiendo así nuestra oración. El huevo simboliza la fecundidad, por lo que el sentido inicial de la ofrenda era pedir la fecundidad en el matrimonio. Y con este favor, del que tantas veces depende la felicidad y fidelidad en el matrimonio, se pide el buen tiempo para el día de la boda.

Es bien conocida y acreditada la poderosa protección de la Santa sobre los matrimonios estériles que desean tener hijos. Yo misma podría dar testimonio de varios casos que he conocido en España, México y África. La devoción tiene su origen en un hecho histórico. Messer Hugolino de Pedro Girardone, caballero de Asís dijo…, que habiendo dejado a su mujer, llamada madonna Guiduzia, y habiéndola devuelto a casa de su padre y de su madre, estuvo separado de ella por espacio de veintidós años o más, sin que nadie hubiese podido inducirle a ir a buscarla, o recibirla. A pesar de haber sido exhortado a ello muchas veces, incluso por personas religiosas.

Finalmente se le dijo de parte de la mencionada santa madonna Clara, que ella había entendido en visión que messer Hugolino iba a recibir pronto a su esposa Guiduzia y engendraría un hijo de ella, del que se alegraría mucho y recibiría consuelo. Por lo que el testigo al oír esto se enojó bastante.

A los pocos días se sintió forzado por un deseo tan grande, que fue a buscar a su mujer, a la que había dejado tanto tiempo atrás. Y luego, como había sido revelado en visión a madonna Clara, engendró de Guiduzia un hijo, el cual aun vive, y del que se goza mucho y recibe un gran consuelo” (16).

Por tradición oral de quien lo vio en su día, tuve noticia de una anécdota curiosa sucedida en Zamora. Pudo suceder alrededor de los años 45 - 50 del siglo XX, calculando desde la edad de la ya venerable Sor María, que me lo explicó.

Era Viernes Santo. La procesión del Santo Entierro estaba preparada pero llovía copiosamente. Los cofrades no querían suspenderla y reunieron bajo la lluvia. Entonces enviaron por delante dos monaguillos llevando el cesto de huevos. Y dijo Sor María que la lluvia cesó, salió el sol, y pudo salir también la procesión “detrás del cesto de huevos”… Los cofrades quedaron contentos y llevaron su ofrenda a las clarisas. RNE transmitió la noticia. Un uso, vinculado a la gracia de la fecundidad, era pedir al convento un cordón con el que la madre rodeaba su cintura en el momento del parto. No conozco ahora ningún caso, aunque en el pasado fue muy habitual. Tuvo esa devoción la madre de san Francisco de Borja.

IV. PATRONAZGOS

Invocan el patronazgo de Santa Clara desde tiempo inmemorial los vidrieros, jueces y modistas en lencería. En Francia es patrona de los invidentes. En Chile es invocada como “Santa Clara de los pobres”. Su altar, en el convento de San Francisco, está siempre abarrotado de cirios, cartas y
exvotos.

4.1. Patrona de la Televisión

El año 1958 fue declarada por Pio XII, patrona de la TV. Se le dio este patronazgo recordando el rapto en que vio sin estar presente. Fue en la Navidad de 1252. “Contaba aún la referida madonna Clara cómo, en la última noche de la Natividad del Señor al no poder levantarse del lecho para ir a la capilla, por causa de la grave enfermedad, las hermanas todas se fueron a maitines, como
de costumbre, dejándola sola. Entonces la madonna suspirando, dijo:

“Señor aquí me han dejado sola y contigo”.

Entonces de repente, empezó a oir el órgano y responsorios y todo el Oficio de los frailes en la iglesia de san Francisco, como si hubiese estado allí presente” (17).

“No estaba tan próximo el lugar como para que pudiera alcanzar todo esto por humano recurso; la resonancia de aquella solemnidad había sido amplificada hasta ella por el divino poder… Pero lo que a este prodigio de audición es que la santa mereció también ver el pesebre del Señor. En España concurren artistas como Salzillo, Scipione Pulzoni, Diego de Urbina, en el siglo XVI; Juan Valdés, Martínez Montañes, Pedro Roldán, Claudio Coello, Pedro de Mena en el XVII, etc.

Tiene diversos atributos:

Báculo.- Se inspira en el cayado de los pastores. Es atributo de obispos y fundadores. Acaba en cruz de doble travesaño, el del Papa es triple.

Azucena.- Se vincula a la pureza y virginidad cristiana. Es atributo de la Santa Virgen en la iconografía de la Anunciación. Se extiende a las santas vírgenes.

Palma.- Aunque muy vinculada al martirio, es atributo de la santidad, en general.

Corona y aureola.- Son atributos de santidad. En la iconografía más antigua, Clara ciñe corona de oro. Recuerda la promesa de San Francisco: “Seréis coronadas con la Virgen María”. Algunas veces, la aureola lleva siete soles significando la gracia septiforme del Espíritu Santo.

Libro.- Simboliza el conocimiento de la persona que lo lleva. En manos de Clara unas veces es el Evangelio que ella vivió de forma profética, y otras la Regla, como fundadora.

Ostensorio.- La custodia significa la fe de Clara en la presencia real de Jesucristo en sacramento, manifiesta en la defensa del convento en el asalto sarraceno de 1240.

5.2. Libros

La Dama Pobre ha entrado en la historia, literatura y poesía. Las biografías divulgativas han ido jalonando los siglos. En el último cuarto de siglo ha salido de la sombra de San Francisco y cada vez es más valorada como maestra de espiritualidad.

España fue el primer país que tuvo reunidas y traducidas las fuentes documentales de santa Clara. Preparadas por Ignacio Omaecheverría, las publicó la Bac el año 1970.

5.3. Teatro

Se han hecho representaciones de aficionados:
Un amor diferent, de Sor María Massana, osc. Mataró 1982;
Una mujer llamada Clara, Buenos Aires 1994.
Y giras de profesionales con motivo de los centenarios celebrados en los últimos años:
Clara, por la Compañía “Carasses Teatre” de Elda (Alicante). Año 1993. 5.4. Musical

Uno de los espectáculos más bellos creado sobre Clara es el musical Chiara di Dio, de “Compagnia teatrale di Carlo Tedeschi” (2004). (también en DVD). Con el despliegue de belleza de esta obra en la danza clásica, coreografías, música y cantos, se experimenta cómo el artista creyente conduce
al deseo de Dios, “La belleza del testimonio cristiano expresa la belleza del cristianismo y, por ende, la hace visible” (21).

5.5. Cine, Videos, dvd

Hay bastantes películas, entre las más logradas mencionamos: Historia de una cristiana, de Serafino Rafayani, ofmcap. (1993); y sobre todo Chiara i Francesco, de Fabrizio Costa (2007). Entre los documentales, Chiara d´Assisi (1993).

5.6. Cantos

Existían en gregoriano. Se han multiplicado los cantos en las últimas décadas. Para la liturgia, de Mn. Doménec Cols, Rosa Mª. Riera y Assumpta Ludela, osc. Otros más populares de grupos como Kairoi (CD), autores modernos Luis Alfredo, y compositoras clarisas como Isabel Robledo, osccap
y Mª Belén, osc, en Argentina (Cassettes). Y otras grabaciones, incluso una International. Todas estas obras constituyen otras tantas catequesis con los medios actuales.

VI. CONCLUSIÓN

He aquí las tres vertientes de la devoción a Santa Clara. La litúrgica, la popular y la artística. Culto, devoción y divulgación de su vida y ejemplo.

“El encuentro con Cristo y sus discípulos, en particular con María su Madre y con los santos, sus testigos, tiene que poder transformarse siempre, en todas las circunstancias, en un acontecimiento de belleza, un momento de gozo, el descubrimiento de una nueva dimensión de la existencia, una exhortación a ponerse en camino hacia la patria celeste y gozar de la visión de la verdad toda entera, de la belleza y del amor de Dios; la belleza es esplendor de la verdad y florecimiento del amor” (22).

La Liturgia y el arte sacro, tienen poder para conducir a ese momento, en que no se sabe si se está en el cielo o en la tierra. Las formas populares ungen el sentimiento por la experiencia de confianza que entrañan. El arte en sus diversas formas, mueve el deseo para aspirar a lo más noble al impacto de la Belleza divina vivido por Clara.
“Clara, preclara en méritos clarísimos, brilla en el cielo esclarecida con claridad de insigne gloria, y en la tierra con esplendor de sublimes milagros” (BC 2)
Santa Clara de Asís nos ilumine con la claridad celeste que hace sabios y santos.

VII. BIBLIOGRAFÍA

Arte
CASTRO BRUNETTO, C. J., “Variantes iconográficas de Santa Clara en el barroco
ibérico” En: Las clarisas en España. Actas del Congreso Internacional, Salamanca
1993, I, Vol. II, pp. 637-647.

“Convento de Santa Clara de Montilla”, Catálogo. Obras y enseres de arte. Montilla
1993.

GARCÍA SANZ,A. – TRIVIÑO, Mª.V., Iconografía de Santa Clara en el Monasterio
de las Descalzas Reales. Madrid 1993.

GONZÁLEZ, M. A., Santa Clara en el arte de Galicia y León. En: Las clarisas en
España. Actas Congreso Internacional, Salamanca 1993. I, Vol. II, pp. 649-666.

HERRANZ MIQUELÁÑEZ, J., Iconografía de Santa Clara en España. Monasterios
y conventos. Ávila 2004.

MASSANA I MOLA, M., Un amor diferent: Francesc i Clara d´Assis. Mataró
1982. (Obra teatral para niños).

Vida de la Seráfica Madre Santa Clara, que escribía sor Mariana Sallent, monja
profesa del religiosísimo convento de la ciudad de Borja. 2ª edición en Valencia.
Año 1703. (En verso).

TERRON REYNOLDS, Mª. T. “La iconografía de Santa Clara en las artes plásticas
extremeñas”. En: Las clarisas en España. Actas Congreso Internacional,
Salamanca 1993. I, Vol. II, pp. 667-677.

TORRES BALLESTEROS, N., “Iconografía de Santa Clara en la España Medieval”.
En: Las clarisas en España. Actas Congreso Internacional, Salamanca
1993. I, Vol. II, pp. 597-635.

TRIVIÑO, Mª.V., “El rostro de Clara”. Selecciones de Franciscanismo 95, Valencia
2003, pp. 299-307.

VARIOS, Pedralbes. Els tresors del Monestir. Barcelona 2005.
Fuentes y estudios

“Santa Clara de Assis”. Fontes Franciscanas II. Escritos. Biografías. Documentos.
Por J.A. Correia Pereira. Braga 1996.

Santa Clara de Asís, Escritos y Fuentes documentales, México 1994; Bs.As 2001,
ed. de Mª. V. Triviño.

SAN FRANCISCO DE ASÍS. Escritos. Biografías. Documentos de la época. Por
J.A. Guerra. Madrid 2003.

TRIVIÑO, Mª. V., Santa Clara de Asís. Escritos y Fuentes biográficas. México
1994;. La Vía de la Belleza, Temas espirituales de Santa Clara. Madrid 2003;
Clara de Asís ante el Espejo. Historia y Espiritualidad, Madrid 1991; Braga
1994; Pan y Hermosura, Clara de Asís. Madrid 1992, 1993, Bs.As 2002;

ZAVALLONI, R. La personalità di Chiara d´Assisi. Assisi 1993

NOTAS:

1. Aprobada por Inocencio IV el año 1252. Bulada el 9 de agosto de 1253.
2. Catecismo de la Iglesia Católica. Madrid 1992, n 948.
3. Catecismo de la Iglesia Católica. Madrid 1992, n 954.
4. “Bula de Canonización”, en Santa Clara de Asís, Escritos y Fuentes Biográficas, ed.
de Mª. V. Triviño, México 1994, nn 3, 19, 2.
5. “Bula de Canonización”, en Santa Clara, Escritos…n 21.
6. Ritual de la Segunda Orden Franciscana. Barcelona 1959, pp 237-240.
7. Ritual Romà-Seràfic de les monges de l´Orde de Santa Clara. Barcelona 1987. Tránsito,
pp 45-49. Otra versión parecida, en SEGARRA, J.M., ofmcap. Pregar amb Santa Clara.
Barcelona 1992, p 53-56.
8. “Proceso de Canonización de Santa Clara”, en Santa Clara de Asís, Escritos…, XIV, 8.
9. “Bula de Canonización”, en Santa Clara de Asís. Escritos…n. 21.
10. Tomamos esta noticia de un cuaderno anónimo del siglo XVII, Vida de nuestra Venerable
Madre Soror Manuela de la Santísima Trinidad. Religiosa en el convento de la Purísima
Concepción de Franciscas descalzas desta Ciudad de Salamanca. Ms. 35 pp. de
21x14,5 cm.
11. “Proceso de Canonización”., en Santa Clara de Asís, Escritos… III, 19.
12. “Proceso de Canonización”, en Santa Clara de Asís, Escritos… II, 18.
13. “Proceso de Canonización”, en Santa Clara de Asís, Escritos… IV, 11.
14. “Proceso de Canonización”, en Santa Clara de Asís, Escritos…, III, 19.
15. “Proceso de Canonización”, en Santa Clara de Asís, Escritos…, IX, 3. Cf. “Leyenda
de Santa Clara”, o.c., n 23.
16. “Proceso de Canonización”, en Santa Clara de Asís, Escritos… XVI, 1.4.
17. “Proceso de Canonización”, en Santa Clara de Asís, Escritos… III, 30.
18. “Leyenda de Santa Clara”, en Santa Clara de Asís, Escritos… n 29.
19. Vía Pulchritudinis, Pontificio Consejo de Cultura. Asamblea. Plenaria 2006, BAC,
Madrid 2008, Introd. p. 20.
20. Vía Pulchritudinis, III, 3b, p. 70.
21. Vía Pulchritudinis… III, 3b, p. 70.
22. Vía Pulchritudinis… III, 3b, p. 72.
11:44:00 p.m.

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